Vuelta a la infancia con "Mejor Manolo"

Mejor Manolo (Elvira Lindo)

De vuelta al blog, tengo unos cuantos libros de los que me gustaría hablaros que he leído en el último mes, así que creo que voy a empezar poco a poco a desmigar los personajes con los que he compartido mi vida los últimos casi 30 días. Para empezar, la vuelta a la infancia a través de las manos de Elvira Lindo su personaje más conocido: Manolito Gafotas.

El último libro de la colección del entrañable personaje fue publicado a finales del año pasado bajo el título de Mejor Manolo. En él, volvemos a Carabanchel Alto para conocer cómo es la vida de este niño, casi adolescente, diez años después de su último libro. Sigue en su barrio, con su familia, con sus amigos de toda la vida: el Orejones, Yihad, Melody, Susana, el Mostaza... A todos ellos, hay que añadir al nuevo miembro de la familia: su hermana pequeña Chirli. En este libro su autora nos cuenta, en la voz mítica de Manolito, con su gracia y su estilo verbal, todo lo que le ha sucedido en este tiempo apartado de los focos.

Después de tanto tiempo de sequía, la vuelta de Manolito, para mí, ha sido una vuelta al pasado, a la infancia a todos esos libros con los que he pasado tanto tantos buenos ratos. Sé que muchos pensareis que es un libro infantil, pero a mi me transporta a los veranos leyendo las aventuras y desventuras de Manolito, Yihad y Orejones y compañía.

Sólo acabar recomendando la saga de libros de Elvira Lindo. A niños y mayores. Sí, porque para los niños es una literatura amena, entretenida y que seguro que consigue que iniciarles en la lectura de modo sencillo. Y eso, durará siempre y seguro que merecerá la pena, porque la animación a la lectura es una de las acciones que más proyección tiene en el futuro. Para los adultos, es un volver a la infancia, una desconexión de la vida real que tan duro está pegando en los últimos tiempos.

Os dejo con una cita que siempre me ha gustado y que este maravilloso libro me ha vuelto a recordar

Los pueblos que no recuerdan su historia están condenados a repetirla (Nicolás Avellaneda)