La piel de Mica, de Paloma Bravo

"La piel de Mica" de Paloma Bravo

Para continuar mi sesión de terapia post-vacacional elegí un libro al que tenía muchas, muchas ganas. Es uno de esos libros que conoces cuando aún están en pañales porque su escritora se encargó de anunciarnoslo con unos meses de antelación. Eso hace que necesites leerlo desde el mismo día de sale a la venta. Sin embargo, he podido resistir desde principios de mayo que salió a la venta hasta agosto.

Por ello, hoy me gustaría hablaros del primer libro que me he leído en menos de 24 horas: La piel de Mica de la admirable Paloma Bravo.

La obra comienza con el despido laboral de nuestra protagonista lo que tiene como consecuencia que Mica repase minuciosamente su vida. Con la ayuda de uno de sus mejores amigos, Mica va desgranando paso a paso su trayectoria, tanto profesional como vital. Con una vida nada fácil, a lo largo de la historia el lector va descubriendo que nuestra protagonista es una superviviente, sin ningún motivo especial, otra de tantas que nos rodean a diario. Mica es una vividora que ha disfrutado al máximo de cada una de las experiencias que la han forjado tal y como es.

Es un libro de experiencias, de vida, sin complejos, sencillo y directo. Por esta razón, es un libro corto y de lectura muy rápida. Adictivo hasta la saciedad. Para dejaros con la miel en los labios, aquí van unas pequeñas píldoras extraídas de él.

Últimamente sobreviven los corchos, los que no sienten ni padecen, los que flotan, satisfechos, vagos, orondos; va de que así estamos y de que aquí, así, no podemos quedarnos.

No hemos tenido la desgracia de enamorarnos, sino la suerte de encontrarnos y la sabiduría de querernos.

Soy todo lo que quieras. Todo lo que tú me dejes ser.

Nos separamos porque la realidad pudo con el amor. Nos separamos porque no podíamos estar siempre lejos y huyendo. Nos separamos porque lo teníamos todo. Nos separamos por capricho. Nos separamos porque sí. Nos separamos porque nos queríamos. […]. Nuestro siempre se acabó al empezar.

Según las circunstancias, has actuado lo mejor que podías. Otra cosa es que ahora sepas más y que, si te vuelve a pasar, quizá tengas ya recursos para actuar de otra manera.