Cariño, cuánto te odio de Sally Thorne

Cariño, cuánto te odio de Sally Thorne

Llevo ya unos meses llenos de lecturas intensas, ya sea porque te hacen reflexionar mucho como ocurre con Tierra de campos o llenos de misterio y crímenes como con Memento mori. Así que me apetecía mucho cambiar de estilo y retomar la lectura de chick lit, un género que leía mucho hace unos años y que abandoné por la continua sensación de que la mayoría de los libros eran iguales y me resultaban muy repetitivos.

Así que, para desconectar un poco, decidí volver con Cariño, cuánto te odio, un libro del que había leído muy buenas críticas y con una historia bastante atractiva. Sin embargo, no ha sido todo como esperaba.

Resumen

Lucinda es la asistente de la directora Gamin, una pequeña editorial que pone toda la pasión en publicar textos buenos y de calidad. Sin embargo, la crisis de venta les obligará a fusionarse con una gran marca editorial, Bexley, para los que lo importante no son los libros sino cuadrar las cuentas. Por esta razón, Lucy se verá obligada a trabajar con Joshua Templeman, el asistente del director de Bexley.

No pueden ser más diferentes. Lucy es una de las empleadas más queridas de la empresa: se preocupa por la vida de todos los empleados, les ayuda y les prorroga los plazos de los informes aunqur eso signifique que ella tenga que trabajar el doble, organiza el club de lectura, etc. y siempre con una sonrisa para todos. Por otro lado, Joshua es el hombre de hielo, no mantiene relación ninguna con sus compañeros, cumple con sus funciones a rajatabla, es extremadamente serio y odiado en toda la empresa por sus negativas y sus broncas.

Como es lógico, Lucy y Joshua se odian a muerte desde el primer día que se conocieron y su principal pasatiempo diario es dedicarse miradas de odio, cotillear al contrario y quejarse a Recursos Humanos de las salidas de tono del otro.

Pero, ¿de dónde viene ese odio? ¿Por qué se comportan así? Y sobre todo, ¿hasta dónde llegarán cuándo tengan que enfrentarse de verdad por un proyecto laboral?

Crítica

Volvemos a la novela romántica convencional y al chick lit y para ello, tengo que prepararme y concienciarme mentalmente. Al empezar esta novela pienso que me encantará, que será novedosa y que seguro que ya se me ha olvidado cómo es esto del chick lit. Pero no, aunque me ha parecido divertida y entretenida, es cierto que repite los mismos tópicos y las mismas exageraciones que siempre encuentro en este tipo de novelas. 

Empiezo por los personajes. Nuestra protagonista es una chica adorable: con su corta estatura, su infancia en el campo, su extremado entusiasmo con caer bien al resto con su sonrisa permanente, con sus gustos frikis... Por contra, Joshua es un hombre frío y asocial que no se lleva bien con sus compañeros ni tiene ningún interés en ello. Personalmente, pese a todo esto, no he conseguido odiar a Josh en ningún momento. Es una persona seria y profesional que sabe hacerse respetar en el trabajo. Es cierto que no es ningún as de las relaciones personales pero lo asocio más a su timidez que le hace cerrarse en banda y centrarse en su trabajo. Con dos personajes tan centrados en el trabajo y que pasan horas allí es lógico que busquen un entretenimiento que, en su caso, va a ser el de convertirse en odiadores profesionales de su rival a base de particulares juegos de miradas, entre otros. En el fondo, no pueden vivir uno sin el otro y no están completos sin su "némesis" a la que odiar enfrente. Más allá de nuestros "odiadores profesionales" a lo largo de la novela iremos conociendo a más personajes como los padres de Lucy, los dos directores de la editorial que también mantienen la misma guerra interna que sus subordinados y hasta a algunos compañeros de trabajo.

Una de las razones por las que elegí este libro es porque estaba ambientado en una editorial. Como creo que ya he dicho alguna vez, cualquier libro ambientado en bibliotecas, editoriales, librerías o cualquiera que trate de alguna manera cualquier aspecto de la creación y producción de libros, me llama poderosamente la atención y suben rápidamente en la lista de libros pendientes. Son lo que yo suelo denominar "metalibros", es decir, libros sobre libros. En este caso, me quedé con las ganas de saber más sobre el mundo editorial. Las referencias han sido bastante escasas y me han dejado con ganas de más. En muchos momentos podría haber estado localizado en una oficina cualquiera y no hubiera desentonado demasiado.

Por lo demás y, pese a lo que me ha lo que me he quejado hasta el momento, el libro está muy entretenido y tiene momentos muy divertidos. Las discusiones de oficina entre Lucy y Josh son muy divertidas y momentos como el paint ball entre todos los compañeros de la editorial son geniales. Además, reconozco que las situaciones de hostilidad diarias y los juegos de "mira cómo te ignoro" pero a la vez están super pendientes de lo que hace el otro odiarlo aún más son especialmente brillantes. Y reconozcámoslo, todos hemos tenido un compañero de trabajo al que odiamos y nos centramos en criticar todo lo que hace mal cuando en muchas ocasiones, esta manía proviene de cualquier malentendido o simplemente, de la diferencia entre caracteres. 

Con todo y con esto, poco más que añadir. Es una novela divertida y entretenida con la que desconectar del mundo mientras entras en la relación de amor-odio entre la pequeña Lucy y Joshua. Pero no vayáis con las expectativas muy altas ni esperéis nada más allá de lo convencional. Es una novela para pasar un buen rato.

Calificación

Citas

Tengo una teoría. Odiar a una persona se parece de forma inquietante a estar enamorado de ella. He tenido mucho tiempo para comparar el amor y el odio, y éstas son las observaciones que he ido haciendo.

El amor y el odio son viscerales. Ya sólo de pensar en esa persona se te retuerce el estómago. El corazón te palpita con fuerza en el pecho: casi se te ve a través de la carne y la ropa. Pierdes el apetito y el sueño. Cada contacto con esa persona te llena la sangre de un tipo peligroso de adrenalina y te coloca al borde de una reacción radical: luchar o huir. Apenas conservas el dominio sobre tu cuerpo. Te consumes. Tienes miedo.

El amor y el odio son versiones especulares del mismo juego; y tú has de ganar a toda costa

A los Gamins la idea de los libros como «unidades» les ofendía en lo más profundo. Los libros eran, y serían siempre, algo digno de respeto y dotado de magia.

Los Gamins se acurrucan en sus cubículos, como dulces palomas en un campanario, y examinan manuscritos en busca de la próxima sensación literaria. El aire que los rodea huele a té de jazmín y a papel impreso. Tienen en la pared a Shakespeare, como si fuera un chico de calendario.

Siempre he sospechado que la gente que nos rodea está ahí para enseñarnos algo.

Es probable que no sea bueno en un montón de cosas, pero me esforzaré para serlo

No estás obligado a dar cuenta de tus elecciones. Ni a mí ni a nadie.

En la vida todo es cuestión de perspectiva: creer que acabo de recibir de mi propio competidor un estímulo para motivarme me sirve para poder ignorar mi orgullo herido. Ahora sólo voy a mirar hacia delante

La vida ha empezado a parecerme una gran oportunidad para convertir cada experiencia en un nuevo recuerdo.

Ahora mismo, todo resulta tan fácil como respirar.

No paramos. Como si temiéramos que al parar, aunque sólo fuera un momento, nos atrapara la realidad. Somos como atracadores de bancos. Como niños escabulléndose de un internado. Como adolescentes enamorados que se fugan juntos.