La librería de Penelope Fitzgerald

La librería de Penelope Fitzgerald

Hace ya muchos años que descubrí la existencia de este libro. Como ya sabéis, para mí es oír hablar de una novela que trate de libros, escritores, bibliotecas, librerías o editoriales y soy como Dog cuando escucha la palabra 'ardilla'. Eso significa que busco su sinopsis, su edición y lo apunto en mi lista de libros pendientes. Una vez ahí, ya su destino puede ser muy variado. Dependiendo del género y mi estado de ánimo, puede ser elegidos de manera instantánea o pasarse ahí años sin que me vuelva a interesar por ellos. Ese ha sido el caso de este libro que ha pasado inadvertido durante años en la lista a pesar de que su título no deja lugar a dudas sobre su temática. Sólo me he vuelto a acordar de él cuando he empezado a ver por todas partes publicidad de la adaptación cinematográfica que ha hecho Isabel Coixet. Y yo, con mi manía de querer leer los libros antes de ver las películas, no he dudado ni un segundo en cogerlo para leerlo cuanto antes

Resumen

Florence Green es una viuda que vive en el pueblo costero inglés de Hardborough a mediados de siglo XX. Tras meditarlo mucho, Florence decide abrir una pequeña librería, que será la primera del pueblo.

Adquiere así un edificio que lleva años abandonado, comido por la humedad y con su propio poltergeist. Pero pronto se topará con la resistencia muda de las fuerzas vivas del pueblo que, de un modo cortés pero implacable, empezarán a acorralarla para impedir que abra esa librería.

Florence se verá obligada entonces a contratar como ayudante a una niña de diez años.

¿Conseguirá sobrevivir y hacerles ver los beneficios de una librería en el pueblo y de la literatura en sus vidas?

Crítica

Esta la historia de Florence, una mujer sencilla e inteligente que quiere cumplir un sueño: montar una librería en el pequeño pueblo costero donde vive. Tiene miedo a arriesgarse demasiado pero tiene cierto conocimiento del negocio ya que, hace años, trabajó en una librería londinense por lo que aún le quedan buenos contactos en el mundo editorial. A sus dudas iniciales hay que sumarle las dificultades que le ponen algunos de los integrantes del pueblo, empezando por el banquero y siguiendo por otros personajes célebres del pueblo. La razón principal por la que no quieren que abra la librería con la excusa de que ese lugar es el ideal para montar una librería de arte. Para Florence es una temeridad lanzarse a abrir un negocio teniendo al pueblo en contra pero, ¿por qué va a cambiar cuando ya ha tomado su propia decisión con lo que le ha costado y la ilusión que le hace?

Desde las primeras páginas nos damos cuenta la importancia que tiene la ambientación en la historia. Situada en un pequeño pueblo costero inglés en el que predomina la ganadería y en el que la humedad es casi un habitante más, su especial narración destila. Siguiendo con el clima, en este pequeño pueblo podemos encontrarnos también vendavales que trastocan la vida de sus vecinos haciéndoles muy difícil salir a la calle. Sólo unos pocos meses al año los rayos del sol calientan el ambiente y consiguen que algunos turistas se dejen caer por Hardborough.

Pese a todo lo hablado anteriormente y a la grandeza de la historia del personaje de Florence que prefiero que la descubráis por vosotros mismos, no es un libro que me haya llenado. Por el tipo de literatura, la época en la que está ambientado y la forma de narrarlo, no es el típico libro que te enganche y que no puedas parar de leer. No, obviamente tampoco esperaba que fuera así, tenía bastante claro lo que me iba a encontrar cuando abriera el libro. Aún así, no peca de lentitud, ni mucho menos. Es una novela bastante corta y fácil de leer para cualquier lector que disfrute leyendo sobre el olor de los libros, lo maravillosas que son las portadas y lo difícil que es elegir uno sólo cuando entras en una librería.

Hecha esta aclaración, dentro de su estilo, es una bonita historia, quizá un poco melancólica de las que te hace reflexionar y con la que sientes hasta la humedad que describe. Aunque para mí es una lectura recomendada, reconozco que quizá no le guste a todo el mundo así que no quiero reclamaciones si os animáis con ella y no os gusta 😆. Además, os dejo por aquí en trailer de la adaptación cinematográfica de Isabel Coixet que, al menos yo, estoy deseando ver, por si puede animaros a leerla (o a ver la película, que sobre gustos no hay nada escrito).

Calificación

Citas

Un buen libro es la preciosa savia del alma de un maestro, embalsamada y atesorada intencionadamente para una vida más allá de la vida y, como tal, no hay duda de que debe ser un artículo de primera necesidad.

Es un buen libro y, por lo tanto, debería intentar vendérselo a los habitantes de Hardborough. No lo entenderán, pero será mejor así. Entender las cosas hace que la mente se vuelva perezosa.

Hojear libros es parte de la tradición de una librería —le dijo Florence—. Debes dejar que se queden y toquen los libros.

—No debo preocuparme —dijo ella—. Mientras hay vida, hay esperanza.
—Qué idea tan terrible.

La fuerza de voluntad es inútil si no se va a algún lado

La antigüedad no es lo mismo que el interés histórico —dijo—. De lo contrario, nosotros dos seríamos más interesantes de lo que somos.

No tengo nada contra la formación profesional, pero entrar ahí quiere decir lo siguiente: ¿qué posibilidades tendrá en la vida de conocer a un hombre con educación y de casarse con él? Nunca podrá aspirar a nada más que a un obrero o, incluso, a uno en paro.

La valentía de ella, al fin y al cabo, no era otra cosa que su determinación por sobrevivir.

A los diez años y medio tenía la certeza, quizá por última vez en su vida, de cómo había que hacer las cosas exactamente.

Últimamente se había empezado a preguntar si no tendría la obligación de demostrarse a sí misma, y posiblemente a los demás, que ella existía por derecho propio.

Igual que seguía considerando que la gravedad es una fuerza que atrae las cosas hacia sí, y no una simple cuestión que se encarga de las que menos resistencia opongan a ella, estaba segura de que el carácter era una lucha entre las buenas y las malas intenciones.