La librería del señor Livingstone de Mónica Gutiérrez

La librería del señor Livingstone de Mónica Gutiérrez

No sé a vosotros pero, a mí, el año 2017 me trajo grandes descubrimientos literarios. Entre esos nuevos autores que conocí el año pasado destaca claramente Mónica Gutiérrez. Comencé 2017 con una lectura conjunta de El noviembre de Kate que consiguió hacerme sentir confortable y calentita junto a la chimenea de la casa de Don mientras afuera empeora el temporal de nieve. En pleno agosto decidí dejarme caer por Un hotel en ninguna parte, donde me perdí con Emma por el mágico El Bosc de les Fades sin ninguna conexión por el exterior para curarnos las heridas juntas. ¿Y qué mejor manera de acabar el 2017 y empezar el 2018 que con su nuevo libro La librería del señor Livingstone? Desde que vi por primera vez su portada y su sinopsis, tuve claro que necesitaba leerlo. Y vosotros, ¿queréis conocer Moonlight Books, la librería del señor Livingstone?

Resumen

Agnes Marti es una arqueóloga en paro que se ha mudado a Londres en busca de una oportunidad laboral. Una tarde, desanimada y triste por su poco éxito profesional, tropieza en el corazón del barrio del Temple con el pomo de una puerta en forma de pluma, el sonido de unas lúgubres campanillas y el hermoso rótulo azul de Moonlight Books. La librería, regentada con encantador ceño fruncido por Edward Livingstone, debe su nombre a un espectacular techo de cristal que permite contemplar la luna y las estrellas en las noches despejadas. Intrigada por la personalidad y el sentido del humor del señor Livingstone, Agnes decide aceptar la oferta de convertirse en ayudante del librero mientras continúa su búsqueda de trabajo.

El té de la tarde en el rincón de los románticos, las visitas de Mr. Magoo, las conversaciones con la bella editora de Edward, las cenas junto a la chimenea del Darkness and Shadow y la buena lectura convencerán a Agnes de que la felicidad está en los pequeños detalles cotidianos. Pero aunque Moonlight Books podría parecer un oasis de paz en el acelerado Londres, las extrañas campanillas de su puerta daran paso a los sucesos más inesperados: una noche de tormenta, el inspector John Lockwood...

Crítica

Creo que a estas alturas ya no os voy a descubrir lo aficionada que soy a los libros de feel good de Mónica Gutiérrez. Y a ese concepto le añadimos un libro ambientado en una librería tan... mágica sobran las palabras.

Comenzamos la historia conociendo a Agnes, una arqueóloga barcelonesa en paro que se lanzó a la aventura mudándose a Londres, la ciudad de los museos, donde, supuso, sería mucho más fácil buscar trabajo. Pero tras patearse toda la ciudad y probar suerte hasta en la British Library, no encuentra ningún sitio donde necesiten una historiadora desesperada. Un día, deprimida, perdida en el barrio del Temple y empapada después de un chaparrón inesperado, llega inesperadamente a la puerta de la librería Moonlight Books. Su dueño, al verla, ve en ella a la ayudante que estaba buscando y que el destino, hasta el momento le había negado, por lo que Agnes acepta la propuesta hasta que encuentre otro trabajo como arqueóloga.

Moonlight Books es el paraíso del que cualquier amante de los libros se habría enamorado de esta librería como hace Agnes nada más cruzar la puerta. Al abrir el pomo con forma de pluma y sonar las campanillas de la puerta, notamos por primera vez el crujir de la madera bajo nuestros pies. Repartida en dos plantas, en la planta baja destaca la mesa de libros ilustrados, elegidos personalmente por el señor Livingstone y nos encaminamos por la hermosa escalera de hierro con volutas vegetales que nos hace ascender a la planta superior donde se encuentra la sección de libros especializados y sobre todo, una hermosa cúpula de cristal a través de la cual se puede contemplar la luna y las estrellas, especialmente en las noches de luna nueva.

Más allá de esa atmósfera mágica que todos desearíamos pisar, al menos una vez en la vida, no puedo olvidarme de los personajes. Es fácil sentirse identificada con alguien como Agnes, una joven recién licenciada cuya principal obsesión es encontrar un trabajo de arqueóloga o historia que es para eso ha invertido tanto tiempo y es, además, su pasión. ¿Quién no se ha sentido perdido al acabar sus estudios y no saber que hacer con su vida después? Con ese aire melancólico de hada perdida entra por primera vez en la librería y logra conquistar a sus peculiares habitantes. Sí, porque Moonlight Books tiene una serie de personajes habituales que aparecen diaria o esporádicamente por allí para sacar de quicio a su dueño, Edward Livingstone. Tenemos a un escritor residente que busca la tranquilidad del local, a un pequeño Oliver Twist y astrónomo en potencia, una simpática editora que busca sacarle una sonrisa a nuestro particular librero gruñón, una especial clienta que busca recomendaciones que sacien sus ansias lectoras... Como ya ocurriera en El noviembre de Kate y en Un hotel en ninguna parte, todos los personajes forman una red de la que Mónica Gutiérrez consigue hacernos formar parte logrando que nos encontremos en casa.

Poco más puedo añadir para convenceros de que leáis esta novela feel good que, como la propia autora define, son novelas en las que los protagonistas jamás comen acelgas. Historias en las que apenas ocurre nada extraordinario, cuyos protagonistas no son grandes héroes. Historias en las que la felicidad se mide en pequeños momentos y se halla en los gestos más cotidianos... Encontraréis una entrañable familia con la que apetece tomar un té y charlar de libros en el rincón de los románticos, un hada que parece flotar, un hombre que parece duro pero que luego no lo es tanto y exteriores maravillosos por los que perderse ya sean jardines, estaciones de tren o las calles de Londres ocultas bajo una capa de nieve.

La librería del señor Livingstone es un rincón maravilloso y acogedor que todo buen lector querría tener cerca y con unos personajes muy entrañables que todos desearíamos a nuestro lado en la vida real. Lo peor, la nostalgia al pasar la última pagina y tener que superar la despedida de los personajes, la historia y la magia de Moonlight Books. No dudéis en aceptar la invitación de Mónica y pasaros a disfrutar de la compañía de Agnes, Edward, Oliver, Sioban, John y compañía. No os arrepentiréis.

Calificación

Citas

Como buen librero, su Mundo era su librería; su Estado, la lectura; y su Constitución, el índice alfabético de títulos y autores que había informatizado hacía unos años pese a que era capaz de encontrar de memoria cualquier ejemplar.

Todos los seres humanos necesitan alguna vez creer en la bondad de sus destinos.

Es una verdad universalmente reconocida que toda historia de amor que valga la pena empieza con una invitación a tomar el té.

No nos dedicamos a los libros para ganar dinero, ni siquiera porque sea un negocio, una manera más o menos honrada de ganarse la vida.

Al librero le pareció como si una ninfa descalza hubiese entrado en sus dominios subyugada por una magia tan antigua como las páginas del diario de su antepasado.

En este mundo hay libros que siempre se leen con el entusiasmo y la ilusión de la primera vez.

No era el fin del mundo no tener el trabajo de sus sueños, ni siquiera lo era el no tener ningún trabajo, pero la felicidad no da de comer, ni proporciona un techo bajo el que cobijarse, ni paga la factura del médico cuando estamos enfermos.

La complejidad de un ser humano es casi infinita. No puedes andar por la vida repitiéndote que no eres más que una arqueóloga porque entonces el resto de cosas que hagas o sientas no te supondrán más que rutina y tristeza. [...] La vida era mucho más que una carrera profesional.

El mundo era gris y solo si se aprendía a mirar se volvía uno capaz de percibir algún retazo de colores brillantes.

Había empezado a comprender que la felicidad surge de los brotes más pequeños e inesperados. Y se preguntaba si era posible que todas las cosas buenas de la vida cupiesen en una librería.

Somos nuestro pasado. Pero también somos el compendio de un millón de aportaciones del otro, porque nadie es impermeable; y que todos esos pequeños añadidos constituyan una galaxia de buenas y enriquecedoras intenciones depende de quién nos acompañe en el camino.

El hallazgo afortunado de un buen libro puede cambiar el destino de un alma.

Para soñar no es necesario cerrar los ojos, nos basta con leer (Michael Foucault)

Vive el momento, pensó, siempre estás a tiempo de mudarte a los bosques y convertirte en el quebradero de cabeza de los inspectores de sanidad.

Caminaba tranquila a través de los campos nevados, disfrutaba del aire frío llenando sus pulmones. Le parecía, cuando respiraba profundamente en la solitud del paisaje, que llevaba meses constreñida por la contaminación, pero también por el temor y la duda.

Ser valiente es no rendirte, seguir adelante aunque estés muerto de miedo.

Incluso de entre las ruinas del mayor de los desastres pueden nacer arquitecturas tan extraordinarias.

El mundo sería un lugar mejor si no nos avergonzáramos de tener días entrañables.

El hogar es el lugar donde guardamos los libros.

Me gustaría quedarme para siempre. Este es el único lugar en el que me siento a salvo del mundo.

Encontrará su camino, Agnes. Lo tiene bajo sus pies.

Durante toda mi vida he estado buscando un lugar como este. Un lugar donde ser yo misma y salir, sin temor alguno, al encuentro de la felicidad.

Recordad que el secreto de la felicidad está en la libertad, y el secreto de la libertad, en el coraje.