¡Feliz Día del Libro y Sant Jordi!

Hoy es uno de los días más especiales del año: el Día del Libro, y para muchos de vosotros, la Diada de Sant Jordi. Así que, por este motivo, vamos a suspender la habitual reseña de los lunes por otra un poco más especial.

Día del Libro

Por si queréis saber un poco de historia de por qué se celebra este día, os voy a hacer un pequeño resumen. En 1995, la UNESCO fijó el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor el 23 de abril, por coincidir con el fallecimiento de Miguel de Cervantes y William Shakespeare, ahí es nada. Pero hasta entonces, la fecha elegida era otra muy diferente, el 7 de octubre, cuando se creía que había nacido Cervantes. Aunque este fecha no acababa de converncer a todos ya que nadie tenía constancia documental de que el nacimiento hubiera tenido lugar ese día y además, por cuestiones logísticas, el otoño no era la estación más propicia para celebrar actos al aire libre.

Así que en 1930 se acordó trasladar la Fiesta del Libro al 23 de abril y, desde ese momento, se empezaron a publicar novedades editorial ese mismo día y a celebrar actos de firmas de ejemplares con los autores. Una cuantas décadas después, en 1995, el gobierno español presentó a la UNESCO la propuesta de la Unión Internacional de Editores para la celebración mundial del Día del Libro y la Conferencia General la aprobó ese mismo año. Además, la UNESCO no tardó en promover otra iniciativa: el nombramiento anual de una ciudad como Capital Mundial del Libro, que debe mantener el impulso de las celebraciones hasta el 23 de abril siguiente y que se designa junto a la Unión Internacional de Editores, la Federación Internacional de Libreros y la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas. La primera ciudad elegida, en 2001, fue Madrid, mientras que para este año se ha optado por Atenas.

(Fuente: BNE)

Desde muy pequeñita el Día del Libro siempre ha sido un día muy especial ya que en mi ciudad se entrega del Premio Cervantes y desde el colegio, hacíamos actividades relacionadas con el tema, algún año me he acercado a verlo en persona y hasta creo recordar que teníamos fiesta. ¡Cómo no va a ser un día diferente así!

Cuando fui cumpliendo años y pasé a estudiar en la universidad, en mi facultad el Día del Libro también era el Día Grande por así decirlo. Dicho de otro modo, era el día elegido para celebrar la festividad de la facultad y ese día, pues tampoco teníamos clase y podíamos dedicarnos a disfrutar de las nuevas lecturas (o a estudiar y a hacer trabajos, que mayo estaba ahí al lado ya).

En los últimos años, ya no ha sido tan particular, en el sentido de que me ha tocado seguir la monotonía de otros días de trabajo. Sin embargo, siempre hay algo que hace de este día algo diferente: una sonrisa, un regalo, un libro, una actividad... En los últimos años en Madrid se suceden las iniciativas de instituciones y librerías que celebran este día con conversaciones con escritores, lecturas, debates, firmas, talleres, narraciones y descuentos que hacen disfrutar a cada lector. Este año en concreto, desde la Comunidad de Madrid se han adelantado las actividades al viernes anterior, el pasado 20 de abril, en el que se celebró la Noche de los Libros. Aquí podéis encontrar el programa y descubrir a qué actividad os habríais apuntado.

Sant Jordi

Pero si hay una tradición que me encanta este día es la celebrada en Catalunya por el Día de Sant Jordi. Cuenta la leyenda que, en Montblanc, vivía un dragón terrible que causaba estragos entre la población y el ganado. Para apaciguarlo, se sacrificaba al monstruo una persona escogida por sorteo. Un día la suerte señaló a la hija del rey, que habría muerto de no ser por la aparición de un bello caballero con armadura que se enfrentó al dragón y lo mató. La tradición añade que de la sangre derramada nació un rosal de flores rojas.

Desde el siglo XV es costumbre en toda Cataluña que los hombres regalen a sus mujeres una rosa y ellas les correspondan con un libro. Actualmente, ya no sólo es un obsequio entre parejas sino que pueden ser también entre seres queridos (familiares, amigos).

Por este motivo, cada 23 de abril la Rambla de Barcelona y sus alrededores se llenan de puestos de libros y flores, de gente comprando, de autores firmando... Siempre he soñado con vivir ese día en Barcelona y pude cumplir mi sueño hace un par de años (aunque reconozco que no fue tan idílico como esperaba por la cantidad de gente que tuvo la misma idea que yo). Pese a todo, si alguna vez tenéis la más mínima oportunidad de pasar un Día de Sant Jordi en Barcelona, no lo dudéis ni un instante. Es un día precioso, la ciudad se engalana para brillar y toda la ciudad sale a la calle para comprar libros. ¿Puede existir un plan mejor?

Os dejo con unos sabios consejos para este día.