Tierra de brumas de Cristina López Barrio

Tierra de brumas de Cristina López Barrio

Entre los libros que saqué de la biblioteca el mes pasado se encontraba este: Tierra de brumas. Nunca había oído hablar de él pero me llamó la atención en el expositor de "Destacados" y, después de leer la sinopsis, no pude resistirme a llevarme lo acasa. Además, me sonaba que la autora era la finalista del Premio Planeta 2018 y que había leído en algún lado que alguna de sus obras anteriores era muy buena así que probé suerte a ver si era esta (de Niebla en Tánger no he leído tan buenas opiniones pero no ha pasado por mis manos así que no puedo opinar).

Cuando, al pasar por el mostrador de préstamo, la bibliotecaria me dijo que a ella le había encantado, empecé a mirarlo con mejores ojos aún.

Sinopsis

Cuando Valentina se queda huérfana a los once años, se ve obligada a atravesar el océano desde su Habana natal a la Galicia de sus antepasados para quedar al cargo de su abuela, Bruna Mencía, marquesa de Novoa. La matriarca la recibe en su solitario, decadente y majestuoso pazo y comienza a educarla para convertirla en la heredera de la dinastía.

Valentina conocerá a través de Bruna la convulsa historia de su familia y cómo la salvaje estirpe de las mujeres Mencía, criadas por la naturaleza en las profundidades del bosque gallego, se unió a la aristocrática dinastía de los Novoa, la más rica de la región. Las historias de amor y poder entre ambas familias, que han pervivido durante muchos años, marcarán el destino de Valentina, que tendrá que decidir si continúa o no con ese linaje, extraño para ella, plagado de intrigas y culpas secretas.

Crítica

Después de la muerte de su madre en las calles de La Habana, Valentina se refugia en los brazos de su vecina. Poco le durará este duelo porque su abuela Bruna quiere que vuelva a la tierra de sus orígenes, Galicia, esa que nunca ha pisado, esa que sólo conoce por las palabras de su madre, por las leyendas que le contaba antes de irse a dormir. A medio camino entre la niñez y la adolescencia, Valentina cruza el océano con el miedo a su abuela que, desde niña, le inculcó su madre con amenazas como "duerme o viene la abuela Bruna y te lleva". Nada más pisar en el pazo de los Novoa, nota esa sensación de decadencia y frío que transmite la majestuosa mansión y, en especial, su abuela Bruna cuya única obsesión es convertir a su nieta en la heredera de los Novoa. 

A partir de este momento, acompañamos a Valentina para descubrir la historia de las mujeres de su familia en boca de su abuela Bruna y sabremos cómo las Mencía, una saga de mujeres unidas al bosque, la naturaleza y lo salvaje han acabado convirtiéndose en marquesas de Novoa. Historias individuales que comienzan con la vida de la bisabuela de Valentina, la loca Tomasa, pasando por su hija Marina "La santiña". Poco a poco, y con una mezcla entre historias del pasado y del presente, la autora construye una trama familiar coral en la que predominan las mujeres poderosas, fuertes y libres que lucharon por hacer siempre lo que quisieron aunque fueron juzgadas como locas, santas, borrachas o reinas. Pese a ello, tampoco faltan fuertes personajes masculinos como José y Jacinto Novoa que revolucionarán sus vidas.

A lo largo de la novela conoceremos cómo la vida de miseria y naturaleza de las Mencía se entremezcla con la riqueza aristócrata de la dinastía Novoa, dueños de las tierras de la región gallega. Historias de ambición, riqueza, amor, religión, pobreza, venganzas, destino y meigas que nos hacen disfrutar durante las cuatrocientas páginas que dura el libro. 

Otro de los atractivos del libro es el protagonismo de la naturaleza y la magia de los paisajes gallegos que nos recuerda en algo al realismo mágico. A través de las palabras de la autora consigues recorrer paso a paso el bosque, sentir el rumor del río o escuchar el canto de la curuxa. En nuestro imaginario popular colectivo, la Galicia profunda es una tierra de leyendas y tradiciones con lugares verdes y oscuros, llenos de humedad y niebla en los que no parece extraño que una persona se puede reencarnar en una lechuza o en una abeja.

Una historia coral de conflictos familiares con un pronunciado carácter feminista en el que se mezclan problemas de índole familiar, traición, ambición, destino y amor enmarcado en el paisaje de cuento de los bosques de Galicia.

Calificación

Citas

Los recuerdos son como fantasmas que pululan de un lado a otro adensando el aire, anhelan que alguien los escuche, los comprenda, los libere.

Así somos las Mencía, niña, apréndelo cuanto antes, o eres loca o reina, o borracha.

Sólo en los libros jugaba a no existir, entregándose con fervor a sus páginas para vivir las aventuras que no le permitía la salud ni la soledad.

Valentina, tócate el ombligo cada vez que tengas miedo, cada vez que te sientas sola. [...] Estamos unidas para siempre por una cuerda mágica que va de tu ombligo al mío, del mío al tuyo, en una autopista de amor invisible. A través de ella, mamá siempre estará contigo y te protegerá del mundo cuando el mundo sea malo, que a veces lo es, y hay que perdonarlo porque lo hicieron salvaje e injusto, pero también lindo.

Los recuerdos no pueden vivir por sí solos si los arrancas de la memoria.

Y así que has de aprender, Valentina, que no importa el lugar de donde vengas, es el destino y el carácter quien hace a las verdaderas reinas. Y esto es en lo primero que debes creer. Porque tu porvenir está escrito en tu ombligo igual que está escrito el mío.

La poda me recuerda a la educación, [...]; te dan forma, te doman, te indican por dónde debes crecer, o al menos lo intentan.

¿Sabes que me quedaría por siempre en el bosque, que nunca fui tan feliz y tan desgraciado a un tiempo, que me basta con la vida que aquí se respira si tú estás conmigo?

Ya aprenderá que las ideas son las armas más mortales que existen.

Ay, que a veces no sé si quiero ser jardín o bosque

Eres demasiado joven para comprender que el corazón humano a veces se vuelve noche negra al ver sus deseos cumplidos.

A veces se puede ver el mundo del revés, el mundo como no imaginamos nunca, lo que no debe ser parece como lo más correcto.

¿Sientes mi corazón, lo escuchas palpitar? Déjale que corra, niña, lleva tanto tiempo parado, muerto, déjale que se desboque. Déjale, y si luego se muere que lo haga feliz, para qué lo quiero en un pecho vacío, hueco; no, niña, ya se lo comerá la tumba cuando toque, pero aún no, no te asustes, yo mando en todo y no me muero hasta que yo lo diga.

La pena nos deja sordos por dentro, nos tapa los oídos del alma y sólo escucha,mos el eco de nuestro vacío, pero si dejas de estar triste la pena se va con sus manos frías a taparle los oídos a otro.