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La novia gitana de Carmen Mola

La novia gitana de Carmen Mola
La novia gitana de Carmen Mola
De vuelta por estos pares para hablaros del libro que más enganchada me ha tenido en las últimas semanas. Sé que llego tarde al fenómeno Carmen Mola, pero, aunque intuía que me iba a gustar, no me animé a darle una oportunidad hasta que Carol de Etérea me convenció con maldisiones gitanas para que lo leyera. Y aunque ya se lo he dicho en privado, gracias Carol por esa "pesadez y esa insistencia". Libro leído, devorado y deseando leer la segunda parte. 

Resumen

«En Madrid se mata poco», le decía al joven subinspector Ángel Zárate su mentor en la policía; «pero cuando se mata, no tiene nada que envidiarle a ninguna ciudad del mundo», podría añadir la inspectora Elena Blanco, jefa de la Brigada de Análisis de Casos, un departamento creado para resolver los crímenes más complicados y abyectos.

Susana Macaya, de padre gitano pero educada como paya, desaparece tras su fiesta de despedida de soltera. El cadáver es encontrado dos días después en la Quinta de Vista Alegre del madrileño barrio de Carabanchel. Podría tratarse de un asesinato más, si no fuera por el hecho de que la víctima ha sido torturada siguiendo un ritual insólito y atroz, y de que su hermana Lara sufrió idéntica suerte siete años atrás, también en vísperas de su boda. El asesino de Lara cumple condena desde entonces, por lo que solo caben dos posibilidades: o alguien ha imitado sus métodos para matar a la hermana pequeña, o hay un inocente encarcelado.

Por eso el comisario Rentero ha decidido apartar a Zárate del caso y encargárselo a la veterana Blanco, una mujer peculiar y solitaria, amante de la grappa, el karaoke, los coches de coleccionista y las relaciones sexuales en todoterrenos. Una policía vulnerable, que se mantiene en el cuerpo para no olvidar que en su vida existe un caso pendiente, que no ha podido cerrar.

Investigar a una persona implica conocerla, descubrir sus secretos y contradicciones, su historia. En el caso de Lara y Susana, Elena Blanco debe asomarse a la vida de unos gitanos que han renunciado a sus costumbres para integrarse en la sociedad y a la de otros que no se lo perdonan, y levantar cada velo para descubrir quién pudo vengarse con tanta saña de ambas novias gitanas.

Crítica

Susana se enfrenta a su despedida de soltera como un peaje por el que tiene que pasar antes de su boda aunque sólo sea por contentar a sus amigas. Sabe que a su padre, gitano, no le parecería bien que pasa esa noche en una sala de strippers pero al día siguiente todo habrá pasado. Sin embargo, Susana desaparece esa noche y es encontrada muerta días después en un parque del barrio de Carabanchel, torturada con una macabra técnica. Todo se vuelve más sospechoso cuando se descubre que, siete años antes, su hermana murió en idénticas circunstancias y su asesino cumple condena en la cárcel. ¿Hubo un error o alguien está imitándole? La resolución del caso recaerá en la Brigada de Análisis de Casos, un departamento especializado en crímenes complicados, liderados por la inspectora Elena Blanco. Con métodos poco convencionales tratarán de esclarecer el caso y resolver quién mató a Susana.

Elena Blanco es un personaje peculiar y poco convencial al que probablemente adores o odies según avances en la lectura. Con ella no hay términos medios, si bien es cierto que entra en el estereotipo de inspector de policia/investigador con problemas personales que intenta ocultar en su entorno. Pero, más allá de eso, mi sensación ha sido de que el autor/a nos muestra un personaje real, con sus luces y sus sombras, con sus decisiones acertadas o no pero que la convierten en alguien hacia el que puedes generar fácilmente cierta empatía. Además de Elena, nos encontramos con la Brigada, con unos rasgos y un carácter muy bien definido que cumplen su papel dentro de la historia; y por otro lado, tenemos al entorno de Lara, siempre en el punto de mira de la policía, porque, como cualquier amante de la novela negra sabe, normalmente el asesino suele ser alguien cercano a la víctima #ahílodejo.

Más allá de la expectación creada por saber quién es el autor o autora (Carmen Mola es seudónimo), es una novela absolutamente trepidante. Con sus capítulos cortos y adictivos, consigue que el lector entre de lleno en la trama desde el primer momento y siempre se quede con ganas de más a través de giros inesperados que te dejan con la boca abierta. La intriga no abandona al lector en ningún capítulo aunque, entre la investigación policial, se incluyan aspectos personales de la vida de los personajes para conocerlos mejor (a mí el gusto por los karaokes y por Mina de la inspectora me tiene enamorada). Además, la novela está divida en cinco partes, tituladas con el nombre y un trocito de una canción de Mina, y cada una de ellas inicia con una narración diferente, con un personaje desconocido que al final tendrá cierto peso en la historia.

Antes de leerla, había visto algunas críticas sobre duras y espeluznantes que son sus descripciones. Personalmente, yo no lo he sentido así, ya que he leído otros libros que me lo han hecho pasar bastante peor en ese sentido, como Irène de Pierre Lamaître. Al margen de esto, se puede considerar una novela de gran actualidad, con una historia y un asesinato de los que llenan las horas de los informativos y los programas de sucesos.

Por último, no me quiero olvidar de añadir lo bien ambientada que está en Madrid. No sólo en lugares turísticos y en el centro de la ciudad como suele ocurrir, sino que aparecen otros sitios como la calle Orense, Lavapiés, Quinta de Vista Alegre de Carabanchel... que unidos a la plaza Mayor, la calle Barquillo, el Palace o Huertas, hacen una estupenda radiografía de la ciudad de la que poder sacar una ruta literaria.
En conclusión, La novia gitana es un auténtico thriller de los que te enganchan y no quieres parar de leer. Con una trama ágil y giros inesperados, consigue sorprender al lector aunque es cierto que tiene bastantes clichés, habituales en el género. Pese a ello, merece mucho la pena.

Calificación



Citas

A cualquiera le daría miedo caminar por allí de noche, por una acera oscura en la que el ayuntamiento parece que ha olvidado poner farolas. Pero ella está acostumbrada y no tiene ningún temor, no está dispuesta a vivir con miedo, como siempre ha querido su madre. No va a hacer caso a sus decenas de instrucciones y consejos, no le va a pasar nada, su familia ya ha agotado las dosis de mala suerte para varios siglos. Lo oyó decir en una película: nunca caen dos bombas en el mismo sitio, no hay lugar más seguro que el cráter de un obús.
¿Cuándo vas a aprender que lo mejor es mantenerse alejado de los problemas? Los ascensos llegan por antigüedad, no por pisar charcos.
Y no lo olvides: siempre llevamos ventaja sobre el asesino. Nosotros podemos equivocarnos veinte veces, pero si acertamos una, lo descubrimos; él puede acertar veinte veces, pero si falla una, lo descubrimos. Es una cuestión de estadística.
Hay que pensar, el problema es que nos gusta más salir corriendo detrás de los malos que pensar en lo que ha pasado.
Se pregunta hasta dónde llega la responsabilidad de una madre, en qué momentos hay que dejar a los hijos volar solos, sin la mirada vigilante y la tutela obsesiva. No hay tregua, ni descanso, se dice. A los hijos hay que cuidarlos todo el tiempo, incluso cuando no estás con ellos. Un hilo de plata debe mantener la comunicación, un hilo del que tirar si asoma el peligro, si se encienden las alarmas interiores. Si el hilo se rompe, el niño se pierde para siempre. Y no hay perdón para la madre que no supo estar al acecho.
Retrasar las cosas es mantener los nervios dentro del estómago más tiempo del necesario.
Hasta los relatos que le dejan a uno en el peor lugar se cuentan con tal de obtener un poco de notoriedad.
Se pregunta por qué la vida es tan extraña. Hay momentos de quietud y de belleza que parecen insinuar algo, que la felicidad está al alcance de la mano y que solo hay que abrir el corazón y vaciar la mente para recibirla sin reservas. Ella sabe que no es así.

Comentarios

  1. Yo me lo pasé en grande con esta novela, aún no he leído La red púrpura, lo leeré este verano.
    Besos

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  2. Me he encantado lo de "maldisiones gitanas" jajjajajaja La Carol...qué grande es!

    Ya sabes que yo también me lo bebí, es muy adictivo, Elena es fantástica a pesar de sus clichés y estoy deseando reencontrarme con ella. Me alegra mucho que lo hayas disfrutado tanto...si al final...tenemos que hacernos caso ;)

    Besitos

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  3. Hola!!

    Lo vi mucho en su momento y supongo que como el thriller no es muy dado en mí, ahí se ha quedado mi interés. Pero es curioso que esta no es la primera reseña que leo sobre él, y siempre que lo hago, me entran ganas de ponerme con él. Me atrae... Yo que no estoy muy acostumbrada a ese tipo de escenas, supongo que me impactaría más que a ti (que comentas que otros libros del género te lo han hecho pasar mucho peor). No sé, no sé. No sé si acabaré haciéndome con él, quizás si lo veo en la biblio me lo traigo un día.

    Un saludito!!!

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  4. Cómo nos lía Carol... y mira, justo tú publicas éste, y yo me acabo de leer "La red púrpura" :) ¿Sabes eso de segundas partes no son buenas? Pues Carmen Mola tampoco. Cómo Mola Carmen Mola. ¿Por qué escribo comentarios a éstas horas si no hago más que decir tonterías? Bueno, que me alegra que lo hayas disfrutado tantísimo porque para mi también fue una de mis mejores lecturas, un descubrimiento que por poco dejo escapar. Coincido en que la ambientación es bestial, y en general los personajes están bastante bien perfilados, tanto que ni los clichés resultan incómodos. Me hace gracia que menciones precisamente a "Irene" porque suele ser la novela que yo también uso como referencia de lo más escabroso que he leído. Sigue ganando Lemaitre, pero reconozco que ésta tiene un toque oscuro también.


    ¡Un besazo!

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