El bosque sabe tu nombre de Alaitz Leceaga

El bosque sabe tu nombre de Alaitz Leceaga

Este libro aún forma parte de los que tenía a medio desde 2018. Y es que he tardado bastante en leerlo, tengo que reconocerlo. Me lo prestaron sobre el mes de octubre y tardé unas semanas en cogerlo por acumulación de lecturas pero le tenía muchas ganas así que no dejé pasar mucho tiempo. Sin embargo, el primer día que lo llevé conmigo en transporte público, me dio también un tirón en el cuello que hizo que lo dejara en casa y lo fuera leyendo sólo a ratos sueltos en casa. Soy lectora/devoradora pero especialmente en mis trayectos al trabajo por lo que cuando intento leer un libro de más de 600 páginas leyendo diez o quince minutos al día, el libro se me acaba haciendo eterno. Así que he decidido que a partir de ahora sólo leeré libros de más de 400 páginas en formato electrónico en el libro digital, por aquello de no acabar con mi salud. Aún tengo muchos libros largos pendientes por casa pero intentaré leerlos poco a poco y con calma. Dicho todo esto, empecemos con la reseña del libro.

Resumen

Un secreto oculto en lo más profundo del bosque.

Una mansión azotada por las olas.

Dos hermanas enfrentadas.

Un linaje de mujeres con un don extraordinario.

A finales de los años veinte del siglo pasado, Estrella y su hermana gemela, Alma, llevan una vida privilegiada como hijas de los marqueses de Zuloaga, propietarios de una casa solariega y una mina de hierro en un pequeño pueblo suspendido sobre el Cantábrico. Crecen rodeadas de fiestas y lujos, pero también marcadas por un poderoso misterio.

Porque Estrella y Alma no son como las otras niñas: herederas de un extraño don que pasa de generación en generación entre las mujeres de su familia, viven a la sombra de una maldición según la cual una de las dos morirá antes de cumplir los quince años.

Así arranca esta historia llena de magia y pasión, que nos lleva por medio mundo tras los pasos de su protagonista, una mujer inolvidable que no dudará en hacer todo lo necesario, sin miedo al peligro ni a las convenciones sociales, por defender su tierra y el legado que lleva escrito en la sangre.

Crítica

Recuerdo que la primera vez que leí algo de este libro fue la reseña de Cris de Bajo la piel de un lector. Yo acababa de leerme Tierra de brumas de Cristina López Barrios y, al leer su reseña, me pareció un estilo de libro similar. Una historia de mujeres, de familia, de naturaleza y ambientada en la época de la Guerra Civil. Ella me dijo "si lo miras de manera general, los temas sí son similares, pero la historia y el fondo son muy diferentes". Y como siempre, Cris tiene toda la razón.

Estrella es una niña privilegiada que vive con su familia en Basondo, un pequeño pueblo del País Vasco. Es hija del marqués de Zuloaga, dueño de la mina que da trabajo a medio pueblo pero ella tiene una vida acomodada en la mansión familiar, escapándose al bosque junto a su hermana gemela, Alma, en cuanto tienen la oportunidad. Sin embargo, lo que se intuye como una vida apacible pronto se convertirá en una incertidumbre al descubrir que una de las dos morirá antes de cumplir quince años.

Estrella y Alma son dos niñas muy especiales. Como su abuela Soledad, ambas poseen un extraño don que las relaciona con la naturaleza y los espíritus. Pese a ello, sus caracteres son muy diferentes y aunque se pasan todo el día juntas, chocan constantemente. Alma es la hija ideal y perfecta, a la que todos adoran mientras que Estrella siempre es la rebelde y la culpable de todo. Desde el momento en que se enteran de la maldición, su relación se resiente y aún más si le sumamos las envidias y los resentimientos que empiezan a surgir por problemas amorosos.

Sobre esta base, Alaitz Leceaga crea una historia de mujeres, donde su protagonista no dudará en ponerse el mundo por montera, en luchar por sí misma ya que, sino, nadie lo hará. Se enfrentará a su familia, a sus amistades, a la sociedad y a su futuro preestablecido para convertirse en una mujer fuerte que lucha por lo que cree justo. A su lado, se irá encontrando con otras mujeres que le advertirán de las consecuencias de sus actos en una sociedad claramente creada y liderada por hombres. Con todo ello, lo que empieza siendo una niña egoísta y caprichosa se convertirá en una mujer inteligente que lucha por sobrevivir de la mejor manera posible.

Y es que esta novela hay que leerla en su contexto histórico. Al leerla, entramos a formar parte de una familia adinerada del norte de España a principios del siglo XX. Como en todas las familias, su día a día está llena de secretos y las relaciones interpersonales no son tan ideales como todo el mundo supone en Basondo. A ello hay que sumarle la situación del país en los años 20-30, la inestabilidad política y las luchas ideológicas que derivarán en una guerra mucho más profunda en la que las envidias y el conflicto entre distintos rangos sociales saldrán a la luz.

Otro de los aspectos más destacables de la obra es la unión que establece con la naturaleza. Lo que empiezan siendo simples escapadas de niñas al bosque cercano a Villa Soledad (la casa familiar), acaba siendo para el lector un cúmulo de sensaciones en las que casi nota el musgo crecer bajo sus pies, siente la humedad del verdor del bosque y los ruidos de los animales que lo rondan, desde búhos hasta el temido lobo. A través de ese majestuoso bosque se descubren pequeños momentos de magia, en los que la mitología y la realidad se entrelazan y deja de resultar extraño que el jardín de la mansión dé siempre las mejores rosas o que sus árboles estén llenos de apetitosas manzanas rojas, sea la época del año que sea. Estos toques de realismo mágico conectan con el lector y recuerdan a otras obras como La casa de los espíritus de Isabel Allende o la propia Tierra de brumas de Cristina López Barrios, de la que os hablaba al principio.

En resumen, El bosque sabe tu nombre es una fantástica novela, difícil de englobar en un solo género pero que merece la pena darle una oportunidad por la historia de lucha por la supervivencia que nos cuenta, por la evolución de sus personajes, por su conexión con una parte de la historia de España y por los maravillosos paisajes del norte en los que cualquiera desearía perderse.

Calificación

Citas

Las mujeres casi nunca hacemos lo que nos da la gana, ni siquiera las marquesas. Eso está sólo reservado para los hombres 

Puedes obligar a alguien a vivir en un lugar pero no puedes obligarle a que lo sienta como su hogar: la tierra es algo que uno lleva siempre en el corazón.

Estamos unidas para siempre por un hilo invisible, pero tan fuerte que puedo sentirlo, aquí, atado con un nudito alrededor de mi muñeca. Un extremo está atado a mi muñeca y el otro a la tuya, así que nunca nos separaremos, no importa cuál de las dos muera primero. Unidas para siempre. Inseparables.

Es mi familia, pero ya no son como yo los recordaba. Ahora son distintos, o a lo mejor he sido yo, no lo sé, pero nada es como antes

Él es un hombre y los hombres pueden hacer y deshacer a su antojo, ¿o es que no te has dado cuenta aún? Ellos pueden decidir mientras que nosotros sólo podemos aguantamos. Puede que sea injusto, pero así es como funciona el mundo.

Tú eres como esas olas salvajes del Cantábrico que chocan y chocan sin descanso sin descanso contra la misma roca afilada intentando romperla. No puedes evitar el desastre porque te gusta romper y romperle. ¡Y pobre del que intente interponerse entre el mar y las rocas! No sabe lo que le espera.

Es curioso, ¿verdad?, la manera en la que nos entregamos a quien no nos ama ni nos amará jamás sólo por la diminuta esperanza de que algún día se fije en nosotras

Algunos fantasmas buscan perdón, pero otros quieren venganza

No dejes que te convenzan de que tú eres mala mientras ellos miran hacia otro lado para no ver sus propios pecados

Nadie quiere prestarle dinero si sospechan que lo necesitas, pero si creen que eres rico estarán encantados de dártelo.

Hay algo en Basondo que se te clava debajo de la piel y se te enreda en los huesos para que no te marchas jamás 

Los muertos tienen la virtud de recordarnos quienes somos de verdad, podemos mentirnos a nosotros mismos todo lo que queramos, pero los que hemos enterrado conocen la verdad sobre nosotros. Hay pecados que sobreviven a la muerte 

Nada une más que una culpa compartida.

Puede que sólo sea un hombre, pero las ideas que le mantienen en pie viven dentro de otros muchos y no puedes matarlos a todos

Todos tenemos un pasado que nos persigue cuando soñamos.

Lo que somos de niños nos persigue el resto de nuestras vidas, no importa lo mucho que corramos, al final siempre nos encuentra

Algunas veces cazas al lobo... y otras veces el lobo te caza a ti.