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El aguijón de Sílvia Soler

El aguijón de Sílvia Soler
El aguijón de Sílvia Soler
No voy a repetiros otra vez mi historia de cómo la literatura de Sílvia Soler se cruzó en mi vida porque ya lo he repetido hasta la saciedad (para más datos, aquí tenéis un ejemplo de cómo me pongo de intensita a veces). Desde el mismo momento en que la descubrí, empecé a interesarme por otros libros que hubiera publicado. De sus libros previos, aún no me hecho con ninguno (todo llegará) pero sí he leído todo lo que ha publicado desde 2014. Aquí  podéis encontrar mi opinión de El verano que empieza, Un año y medio y Los viejos amigos. Por eso, cuando este año vi que publicaba nuevo libro, no tuve ninguna duda de que pronto sería mío y he aprovechado la Feria del Libro de Madrid para conseguirlo.

Resumen

Los Sureda-Faura son una familia formada por tres hermanos, Laura, Ignasi y Judit, y sus padres Helena y Sebastián. La familia vive en el pueblo, en la casa familiar de veraneo de los abuelos Faura. Sebastián es un reconocido dramaturgo que siempre ha antepuesto su carrera a su familia, incluso en los años clave de la infancia de sus hijos, que lo necesitaron más que nunca después de la trágica e inesperada muerte de Helena por una picada de abeja.

Pasan los años, Sebastián muere y los tres hermanos se reúnen. Hay que pensar qué hacer con la casa familiar. La muerte del padre coincide con un momento en la vida de los tres hermanos que los lleva a decidir instalarse todos en la casa. Ignasi se ocupará de la reforma para poder venderla mejor, y mientras tanto Laura decide poner orden a la biblioteca familiar.

Crítica

Laura Sureda no está pasando por su mejor momento. Tras décadas de relación con su pareja, de la noche a la mañana esta se rompe y se siente completamente vacía ya que había volcado su vida en él y ahora, se siente completamente sola. Por si no pudieran empeorar más las cosas, se muere su padre, el gran dramaturgo Sebastián Sureda, por lo que tiene que volver a la casa familiar de Alella, la que abandonó hace muchos años cuando lo dejó todo por Tomàs. Ahora le toca volver a ver a sus hermanos con los que apenas tiene relación y volver a Can Faura, donde todos son recuerdos de su infancia, no siempre felices ya que, tras la trágica muerte de su madre, las relaciones familiares se empezaron a quebrar. Pese a esa poca relación que mantiene con sus hermanos, Ignasi y Judit, las circunstancias hacen que acaben viviendo todos juntos en la casa familiar mientras la rehabilitar para poder venderla después. Con la casa llena de obreros, discusiones y malestares, Laura se dedica a vaciar la biblioteca de su padre, un rompecabezas en el que descubrir los secretos que esconde su familia.

Alternando los recuerdos de su infancia con el presente, Laura nos abre las puertas de la casa familiar para que nos demos cuenta de cómo la falta de atención pasa factura igual en los edificios que en las personas. De los recuerdos de su niñez con su madre en la que todo eran atenciones y momentos felices en el jardín hasta llegar a la casa descuidada y medio abandonada con la que se encuentran al llegar. Lo mismo ocurre con Laura, Ignasi y Judit, que siempre se han sentido abandonados por su padre quien siempre priorizó la importancia de su carrera y nunca les dedicó un minuto. Esto hizo que ellos escaparan cuanto antes de esa familia que no lo era y se buscaran la vida fuera de Can Faura.

Una vez más, Sílvia Soler vuelve a sus ingredientes principales: familia, relaciones familiares problemáticas, secretos ocultos y una casa familiar junto al mar en la costa del Maresme (Barcelona). No son ingredientes que cansen al lector, sino que consiguen que se sienta fielmente representado. No existen las familias perfectas y felices, siempre se esconden secretos, peleas y desencuentros y Sílvia Soler plasma la realidad a la perfección. En este caso, los descubrimos a través de la memoria de Laura, que se desarrollarácon la organización de la biblioteca personal de su padre. Para ella volver a Can Faura significa reencontrarse con la niña que era cuando madre aún vivía pero también a la sensación de desamparo que sentían los tres cuando su padre los ignoraba para encerrarse en la biblioteca tanto antes como después de la tragedia de su madre. Y sí, una vez más, Sílvia Soler consigue crear un lugar en el que no me importaría quedarme a vivir. Pese a los bichos del nogal, a la maleza, a las grietas de la piscina, a los obreros o al ruido de las cañerías. Todo ello lo compensa con la galería, con esa maravillosa biblioteca con estanterías del techo al suelo llenas de libros y con vivir con el salitre del mar en la piel.

Es una novela de recuerdos, de ausencias, de secretos, de una familia que no cumple con el tópico de familia feliz que nos venden las películas de Hollywood. Sientes la soledad de Laura y sus ganas de conocer por qué su familia ha estado siempre tan desmembrada y qué se esconde entre las baldas de la biblioteca. Me encanta volver a las letras de Sílvia. Otra vez, gracias por tus novelas con historias tan reales, tan sencillas pero a la vez complejas, siempre es un placer sumergirse en ellas.

Calificación


Citas

Yo era prescindible para todo el mundo y me había quedado sin lo único que era imprescindible para mí.
Las hojas tienen el contorno dorado, aunque al pasarlas no te das cuenta, hay que cerrar el libro para ver todos los bordes juntos, que parecen de oro. Lo mismo que sucede con los días felices.
El recuerdo de la felicidad pesa más que la memoria del sufrimiento.
También necesitamos que nos enseñen a ser familia.
La biblioteca de papá era la habitación prohibida y, por lo tanto, la más codiciada de mi infancia y adolescencia. Era un sitio misterioso, respetado y temido. La cueva del ogro, algo así como un agujero mágico que se apoderaba de papá hasta hacerlo desaparecer de nuestra vida.
De pronto, la Biblioteca se me antojaba una habitación llena de enigmas y yo era una explotadora intrépida que se disponía a descubrirlos.
¿Por qué se nos concede un cuerpo si tenemos que guardarlo en un estuche como si fuera un valioso Stradivarius?
Aunque las casas se vendan o se dejen a otras personas, siempre las llevamos dentro.
Los libros y las casas. Las palabras que hemos leído y las casas que hemos habitado. La vida que se esconde entre las páginas y entre las paredes.
Una persona es los libros que ha leído. Los libros hablan. Quién lo regala. Quién lo recibe. La dedicatoria escrita. Las frases subrayadas. Los libros -las cosas- sobreviven a las personas. Qué absurdo.
Había vivido treinta años sin saber nada ni querer saberlo, treinta años mirando adelante con orejeras, primero ocupada en convertirme en adulta sin ayuda, después, deslumbrar por un enamoramiento impetuoso y probablemente inmaduro. [...] Y ahora, con el sol refulgente del ocaso, que me obligaba a entrecerrar los ojos, notaba cómo crecía dentro de mí el zumbido de la memoria.
Habíamos conseguido abrir la caja fuerte en la que se guardaban todos los secretos de una historia que también era la nuestra. Nos habíamos criado tan desatendidos, desprotegidos y faltos de afecto que ni se nos había ocurrido intentar reventarla.
¿Era posible que la casa, a la que habíamos ido a parar mis hermanos y yo arrastrando el alma y habíamos encontrado tan deteriorada, como un espectro de lo que había sido en su día..., era posible que conservara el espíritu de lo bueno de un pasado que se borraba, la esencia de unos años luminosos, que nos conectaba con latido oculto que todavía podíamos recuperar?
Me pasaba el día pensando en nuestras relaciones familiares, que eran igual que una madeja enredada. Nadie se había preocupado de devanarla y hacer un ovillo con paciencia y delicadeza. Veía todos los nudos que había.

Comentarios

  1. Hola!

    Qué pendiente tengo a esta autora. Me atrae mucho esa forma de representar con realismo las relaciones. Este en concreto me ha llamado bastante la atención, me lo apunto. No lo voy a poder leer en breve, pero al menos tenerlo en la lista para no olvidarme de que tengo que leer a esta autora en algún momento. Ya que eres intensita con ella, ¿crees que este es bueno para empezar con ella?

    Un beso.

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  2. Jolín, me has dejado con unas ganas tremendas...ya me veo paseando por esa biblioteca llena de recuerdos y emociones.

    Últimamente estoy un poco cansada de tanto thriller, y cuando acabe lo que tengo pendiente quería dedicarme a otras historias...no descarto para nada ir a la biblio a buscar esta historia. Me apetece algo así, sentido, emocionante...historias de esas que se te quedan en la piel una temporada.

    besitos, guapa

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