Donde fuimos invencibles de María Oruña

Donde fuimos invencibles de María Oruña

Una vez más me paso por aquí para hablaros de una novela policiaca. Como ya os he comentado alguna vez, es uno de mis géneros favoritos aunque intento dosificarlos para no saturarme demasiado. Sin embargo, me había prometido que no podía dejar pasar mucho tiempo para acabar la saga de Valentina Redondo y Oliver Gordon, al menos, ponerme al día con lo publicado hasta la fecha 😊. 

Resumen editorial

El verano está terminando y la teniente Valentina Redondo está contando los días para empezar sus vacaciones. Pero algo insólito sucede en el centro mismo del pueblo costero de Suances: el jardinero del antiguo Palacio del Amo ha aparecido muerto en el césped de esa enigmática propiedad.

El palacio es una de las casonas con más historia de los alrededores, y después de permanecer mucho tiempo deshabitada, el escritor americano Carlos Green, heredero de la propiedad, ha decidido instalarse temporalmente en el lugar donde vivió sus mejores veranos de juventud. Pero la paz que buscaba se verá truncada por el terrible suceso, y aunque todo apunta a una muerte por causas naturales, parece que alguien ha tocado el cadáver, y Carlos confiesa que en los últimos días ha percibido presencias inexplicables a la razón.

A pesar de que Valentina es absolutamente escéptica en torno a lo paranormal, tanto ella como su equipo, e incluso su pareja, Oliver, se verán envueltos en una sucesión de hechos insólitos que les llevarán a investigar lo sucedido de la forma más extravagante y anómala, descubriendo que algunos lugares guardan un sorprendente aliento atemporal y secreto y que todos los personajes tienen algo que contar y ocultar.   

Crítica 

Nos encontramos con la historia unas semanas después de donde la dejamos en Un lugar a donde ir, con el caso de la princesa medieval resuelto y los agentes de la Sección de Investigación de la UOPJ (Unidad Operativa de la Policía Judicial)  deseando irse de vacaciones. Estamos en el mes de septiembre, la costa cántabra empieza a vaciarse poco a poco de turistas y los días soleados van dejando pasar a la brisa fresca y las lluvias ocasionales de otoño. Con los problemas familiares de Oliver prácticamente resueltos y la tranquila vida en pareja, Valentina empieza a relajar su carácter y se muestra menos estricta con su pareja y sus compañeros.

Esta tranquilidad se rompe cuando aparece muerto el jardinero de la Quinta del Amo, una de las mansiones más emblemáticas del pueblo de Suances. Aunque aparentemente la causa es un fallo cardíaco, Carlos Green, el escritor californiano que ha heredado el caserón, cree que puede estar relacionada con los sucesos paranormales que están viviendo en las últimas semanas en la casa: presencias espectrales, ruidos extraños, luces que se encienden solas... Valentina, escéptica, se resiste a aceptar la existencia de fantasmas y tratará de buscar una explicación racional al caso.

Volvemos a navegar por mares ya conocidos para los fans de la saga de Valentina Redondo y Oliver Gordon. Siguiendo la misma estructura que tan bien le ha funcionado en anteriores libros, María Oruña construye un nuevo relato policiaco en la costa cántabra, esta vez, en Suances. Habrá quien diga que es una repetición pero yo lo veo más como una evolución, especialmente de los personajes. ¿Quién me iba a decir a mí que Sabadelle, que tan insoportable me parecía en el primer libro, me iba a sacar sonrisas con sus salidas de tono y sus hay que joderse (por cierto, ¿a quién más le ha recordado esto a César Pérez Gellida y Ramiro Sancho?). No es el único. Valentina crece y deja atrás sus incertidumbres y sus miedos para tratar con menos severidad a sus compañeros y a Oliver, quien pierde algo de protagonismo con respecto a la anterior novela de la saga pero que tiene grandes momentos. 

En cuanto a la temática entorno a la que gira este misterio, reconozco que no me llamaba especialmente la atención. Como la propia Valentina, me confieso totalmente escéptica en cuanto al mundo paranormal y una completa ignorante con respecto al surf. Por eso, al empezar el libro me decepcionó mucho que una autora de la que ya espero tanto, usara un tema tan manido como los fantasmas. El miedo a cómo resolvería el embrollo me ha mantenido expectante toda la novela pero reconozco que ha conseguido un final magistral dejando atados todos los cabos, como a mí me gusta. Además, en las localizaciones se cuela la biblioteca municipal de Suances y sus actividades, con la defensa a ultranza y la crítica del abandono que sufren las instituciones culturales de este país. ¡Chapeau María!

Con la habitual narración en dos tiempos, pasado y presente, el último libro publicado hasta el momento de la saga consigue mantenernos enganchados hasta la última página para resolver el misterio de la Quinta del Amo. Espero que no pase demasiado tiempo para que volvamos a encontrarnos con esta pareja de protagonistas.

Calificación

Citas

A veces sentimos que el tiempo que tenemos, el que apretamos, no es el que hemos escogido. Todo gira sin nuestro permiso, y cada acto, cada gesto, se expande en una consecuencia infinita.

Quienes nos aman, cuando también los amamos, nos cambian.

Había dejado de estar alerta. Como si los miles de nudos marineros que la protegían se hubiesen aflojado, se hubiesen diluido y desaparecido en la última marea.

Nunca nacemos solos. Siempre hay una madre, un origen, que nos da a luz. Pero morir es solitario: es un camino que hay que hacer en soledad. Y no importa que en tu último suspiro alguien te apriete la mano: no hay retorno.

Regresar. Siempre llega un momento en que hay que hacerlo, aunque sea en sueños.

Allí, en aquel momento y en aquel lugar, con la irreverente juventud precipitándose por nuestras venas, sentíamos que nada podía con nosotros, que éramos los mejores. Ahora que lo analizo con mirada de verdadero adulto, creo que sí, que en cierto modo era verdad. Nos sentíamos invencibles porque amábamos la vida. Sin pensarla como los ancianos, sin ignorarla como los niños. La juventud estaba en nosotros. ¿Qué más podíamos pedir?

La vida nos hace tropezar con escenarios llenos de magia. Hasta en la muerte más grotesca puede haber belleza: el brillo de una última dignidad, un agonizante asomo de resistencia.

Los recuerdos son inamovibles, el pasado no puede cambiarse, pero puede ensombrecerse con actos futuros

Ahora que se había librado de parte de sus gélidas corazas se sentía mucho más fuerte, casi invencible.

¿Cómo voy a enamorarme de alguien a quien apenas conozco?
 —A veces pasa. Te enamoras de una ilusión, de lo que idealizas. De un recuerdo. Es imposible que te falle, porque no interactúas con él.

Fue culpa mía, por apostar todo a una sola carta. Y por, tras caer, no saber rearmarme. Por depender siempre de otros para que me guiasen y me sirviesen de bálsamo, cuando era yo quien debía haber marcado mi propio camino.

Es curioso. Hay personas a las que ves después de mucho tiempo y su presencia te golpea, te hace pensar e inevitablemente comparas su camino vital con el tuyo. Y hay otras, sin embargo, que aparecen y desaparecen como chispas de luz, como fuegos artificiales de los que después no queda nada.

Quizás, sencillamente, es que existen personas tan extraordinarias que solo con pensar en ellas, aunque no estén, nos llevan a casa.

Tal vez existan misterios que deban permanecer siempre ocultos para otorgarle algo de magia al tiempo.

¿Cuánto duran las promesas? ¿Un soplo, una vida, una eternidad?

Al llegar el frío, deberíamos intentar recordar lo invencibles que éramos aquel verano. Y que cuando, por fin lo hubiésemos recordado, solo teníamos que seguir caminando.