Reflexión y rebeldía en tiempos navideños

Último mes del año. Mes de regalos, prisas, estrés, comidas, familias, reencuentros... Mes de reflexión de lo que ha sido este año y deseos y esperanzas para el que viene. Personalmente, creo que he cambiado mucho desde hace un año. Sé que sonorá demasiado optimista en los tiempos que corren pero este año he cumplido uno de mis sueños. Rectifico. Algo me pude imaginar aquel 16 de diciembre de 2011 cuando, harta de tanta burocracia, me moví hasta que conseguí que me confirmaran que habían aceptado mi solicitud de prácticas. Aún recuerdo el momento en que lo recibí. Aún lo guardo con cariño. Aún puedo disfrutar lo que hace un año califiqué de sueño.
Volviendo a la literatura, el último libro que he leído posee unos tintes filosóficos y reflexivos los cuales no son santo de mi devoción. Llegué a él gracias a un pequeño "club de lectura" formado de forma espontánea a través de un grupo de Facebook. De esta forma, alguien propone un título y ponemos una fecha para comentarlo en grupo. Por esto, le doy las gracias a mis chicas de "El cementerio de los libros olvidados" porque es un placer compartir con vosotras las opiniones de los libros y que me los descubrais. A las Maribeles, a Sabrina, a Yesse, a Fina, a Vale... Perdonadme si me olvido a alguien, pero esot de los comentarios es tan irregular, pero nosotras somos las más fieles.

Portada (Fuente: Coloreando la vida)

El libro elegido este mes ha sido Martes con mi viejo profesor de Mitch Albom, una historia real en la que el autor muestra las últimas conversaciones con su antiguo mentor universitario, semanas después de que a este le fuera diagnosticada esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Esta situación consigue que el alumno se replantee su vida actual y empiece a reflexionar sobra el sentido de la sociedad actual y sus bases. Es un libro para pensar, triste por la situación pero más triste si cabe al darte cuenta que tiene que ser una persona en sus últimos meses de vida la que nos abra los ojos.

He de reconocer que los libros filosóficos y reflexivos no son una de mis aficiones ya que intento que la literatura me desconecte de la vida real, no me haga comerme más el coco. Sin embargo, es cierto que el libro es una descubrimiento en toda regla, una lección de vida para todos. El profesor nos trata hacer partícipes de sus pensamientos de lo complicado que es el sistema en el que vivimos. Os dejo algunas de sus reflexiones:

La cultura que tenemos no hace que las personas se sientan contentas consigo mismas. Estamos enseñando cosas equivocadas. Y uno ha de tener la fuerza suficiente para decir que si la cultura no funciona, no hay que tragársela. Uno tiene que crearse la suya. La mayoría de las personas no son capaces de hacerlo.

Creemos que no nos merecemos el amor, creemos que si lo dejamos entrar nos volveremos demasiado blandos.

 Pensé en todas las personas que yo conocía que se pasaban muchas horas sintiendo lástima de sí mismas. ¡Qué útil sería sería establecer un límite diario a la autocompasión! Unos pocos minutos lacrimosos, y después a seguir adelante con la jornada.

Cuando creces, aprendes más. Si te quedaras en los veintidós años, serías siempre tan ignorante como cuando tenías veintidós años. El envejecimiento no es sólo decadencia, ¿sabes? Es crecimiento.

 En nuestro país estamos practicando el lavado de cerebro en cierto modo -dijo Morrie con un suspiro-. ¿Sabes cómo se lava el cerebro de la gente? Repitiendo algo una y otra vez. Y eso es lo que hacemos en este país. Poseer cosas en bueno. Más dinero es bueno. Más bienes es bueno. Más comercialismo es bueno. Más es bueno. Más es bueno. Lo repetimos, y nos lo repiten una y otra vez, hasta que nadie se molesta siquiera en pensar lo contrario. La persona media está tan obnubilada por todo esto que ya no tiene una visión de lo que es verdaderamente importante.

Portada de Cuento lo que leo

Además del libro elegido, debido a una sugerencia repentina y los interesantes comentarios que se hacían de él, nos hemos propuesto leer y comentar también Una Navidad diferente de John Grisham, en el cual, un matrimonio deciden saltarse la Navidad por un año y no entrar en la vorágine que conlleva cada año. Parece una tarea sencilla pero su entorno no se lo pondrá nada fácil. Una novela muy propia para esta época y para las personas a las que los excesos de la Navidad no nos acaban de convencer (también para el resto, tiene un gran mensaje navideño).
 Por lo que he visto en Internet, esta libro tiene una adaptación cinematográfica protagonizada por Tim Allen, Jaime Lee Curtis y Dan Aykroyd. No la he visto, pero estoy segura que será una de las típicas películas navideñas: sin ser ninguna obra maestra, te hace conseguir unas risas. Os dejo el trailer para que podais valorarla:

 Después de estas lecturas, te das cuenta que lo importante es disfrutar de los momentos de felicidad con las personas que quieres, celebrar cómo más lo sientas estos días, sin convenciones sociales, simplemente como más cómodos os sintais.

¡FELIZ NAVIDAD!